En ocasiones suceden historias que podrían ser un fantástico guión para una película. De aquellas que te dejan satisfech@, pensativ@, sonriente y hasta consigue hacerte sentir e incluso soltar alguna lágrima. Y... ¿como empieza una gran obra? Con una pequeña o gran historia vivida o soñada. "De pronto, un mensaje la sorprendió, sin saber bien que hacer y asustada lo leyó... Se dibujó una gran sonrisa en su cara, aquél personaje (para ella alguien superior e imposible)... Había por unos segundos pensado en ella!!......" Así empezaría la historia. Después, como sucede en las películas, todo se va complicando y puede hasta en ciertos momentos aburrir o agobiar... Es justo entonces cuando el guión ha de ser tan bueno que debe conseguir volver a enganchar al espectador... Funciona muy bien el momento sentimental, eso siempre hace reflexionar y si se le añade un momento reconciliación...la atención del público es total. Durante el rodaje... El guionista siente su historia..
Un sueño de una niña, hecho realidad a su manera... Una manera de conocer aquello que todos pensamos pero es tan bonito que no florece en palabras sino en letras...